Markos Quisbert



Nace en Arica (1981). Actualmente estudia Lenguaje y Comunicación en la Universidad de Tarapacá. Ha sido favorecido por la Beca de Creación Literaria, Escritores Noveles del Consejo del Libro y la Lectura, por su conjunto de poemas titulado PROSPECTIVAS DE CRISSOLO (2003), y se adjudica la Beca de Creación Literaria del Consejo del Libro y la Lectura, por la conclusión de su poemario ATAVÍOS DE HOY (2007).  
Ha participado en los encuentros de poesía: ATACAMA POESÍA (Copiapó, 2004); POQUITA FE, Encuentro de Poesía Latinoamericana Actual (Santiago, 2006),  Encuentro de poetas Colectiva 07, Arequipa, Perú (2007). DESCENTRALIZACIÓN POÉTICA (Santiago 2008), POQUITA FE 2008. Participa en el Congreso “CHILE MIRA A SUS POETAS”, organizado por la Pontificia Universidad  Publica el poemario ATAVÍOS, por la Editorial Moda y Pueblo (Santiago, 2009). Católica (Santiago, 2009).
Mail: otemtote@hotmail.com

Afinidades electivas:

Oscar Saavedra
Carlos Cardani Parra
Juan Malebrán
Roxana Miranda Rupailaf

Poesía:

              A VECES EL JOVEN DE MOSTACHO RENUNCIA A VIGILAR
                          
I    

Un   joven   renuncia  a vigilar su vecindario,
      otros  como  él  vigilan  toda  una  ciudad.
      De noche, cuando el deseo aflora en sitios públicos
      las vecinas, (las mismas que barren las veredas
      del corazón), atraviesan callejones, en busca
      de algo que ignoran y les pertenece.
      Olor a semen invade la ciudad. Que emoción
      la noche se deja caer a los ojos de los vigilantes.
        
                                                                               
                                                            
II


Una vez los detuvieron a las afueras de un baño público,  
estaban irreconocibles 
con barbas que les llegaba hasta el suelo 
nadie los volvió a ver, desde entonces la ciudad cambió de olor.


                      
                     VAYA, SE ME ACABA DE CORTAR LA LECHE

                   
Uno conoce el cariño en brazos musculosos y bronceados de vez en cuando
sean de hombre o de mujer, o ambos EN UNO.
Uno se refriega a menudo con otro cuerpo bajo un poste de alumbrado,
su luz ilumina el sexo que deja entrever de las cremalleras semi-abiertas,
su luz remarca el sexo que apunta al cielo o al infierno.
Es común, uno conoce a un muchacho/cha con gorra de béisbol en una plaza
uno como yo por ejemplo que había advertido hace horas su presencia
                                                                                         entre los árboles meados.
Allí está, con sus manos cruzadas sobre las piernas, blue jeans ajustado,
sin distinguirse bien el sexo,
allí está, pequeñas sorpresas que el amor dispone en lo privado de la sed nocturna.
Un muchacho con gorra de béisbol es tan común, se sienta sobre mis rodillas,
como alguna vez yo me senté en las suyas. Vaya se me acaba de cortar la leche,
en fin, un contacto por chat me distrajo. Veía a la vez
las fotos de Alicia que Lewis Carroll le había tomado con distintos trajes,
en una aparece toda una tigresa.
Me tengo que ir, beso a ti seas quien seas, te recomiendo las fotos de Carroll.


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